Ciertamente esta sentencia adquiere toda su plenitud semántica y pragmática después de una semana de hacinamiento caseril por culpa de un
desafortunado accidente bicingero. Si bien el aspecto de mi rodilla izquierda recuerda vagamente al volumen de un melón francés, incluso después de extraerme medio vaso de líquido solterón (científicamente sinovial, a huevo para el chiste malo marca de la casa), no puedo decir que las consecuencias para mi particular registro audiovisual sean igual de desastrosas, aunque sí para el balance económico de mi cartilla de ahorros, pues por culpa del innato perrerismo que me acompaña he dicho adiós a una importante suma de
money (ábrase en nueva ventana/pestaña para degustación sonora).
En libros: Finalizado "
El arte de ensoñar", de
Carlos Castaneda. Último libro que publicó, donde se relatan las técnicas del indio yaqui Don Juan para acceder a distintos mundos y niveles de percepción a través del manejo de los sueños. Tremendamente recomendado para mentes capaces de dejar atrás la racionalidad de la vida cotidianda y abrir las compuertas de lo extrasensorial. En proceso "
Las voces del desierto", de
Marlo Morgan. Descripción autobiográfica del viaje que la autora efectuó por el inhóspito desierto australiano, Outback, en compañía de una de las pocas tribus aborígenes que quedan. Se detalla el modus vivendi de dicha tribu, y de momento no pinta nada mal. En lista de espera "
El maestro y Margarita", por
Mijaíl Bulgákov. Según se dice, obra maestra de la literatura mística rusa del siglo XX.
En música: Degustación hasta la saciedad del enorme "
Still Life" de
Opeth, uno de los mejores álbumes de los suecos, con ese pedazo de tema acústico titulado
Benighted (ciérrese el tema de Pink Floyd y sustitúyase por éste). Hastío orgásmico de la mano del mejor compositor de bandas sonoras para cine
Hans Zimmerman y la música de
Batman 2: A Dark Knight. Por si fuera poco, embriagamiento audiovisual con una orquesta sinfónica italiana interpretando la
Sinfonía nº 4 de
Antonín Dvorak, cuyo cuarto movimiento sigue poniéndome los pelos como escarpias y el miembro de cemento armado.
En películas: Reencuentro con el genio
Stanley Kubrick y su "
Chaqueta Metálica", digna de ser considerada uno de los mejores retratos del horror de la guerra junto con su no menos apoteósica "
Apocalypse Now". Descubrimiento de la ópera prima de
Christopher Nolan "
Memento", una de esas obras que no deja indiferente a nadie por su trama, ritmo y peculiar composición. Siguiendo con grandes pelis "
Barfly", o "
El borracho", apadrinada de
Coppola y con guión de
Charles Bukowski, basada en el personaje-alter ego del mismo Henry Chinaski, todo un antihéroe con grandes dosis de filosofía de bareto y humor del burro. Para acabar, defecación estelar con el último bodrio de estreno "
Wanted". Lo único que vale la pena es Angelina Jolie como sus padres la trajeron al mundo y una buena dosis de efectos especiales.
Y para acabar, series: Por increíble que parezca, increíble empacho de la adictiva "
Lost" en tiempo récord (4 temporadas en una semana) y primer capítulo de la quinta temporada de "
House", eso sí, en una dificilísima de seguir versión original subtitulada con el culo.
No puedo decir que haya malgastado el tiempo, más bien lo he desperdiciado. Pero ha valido la pena.